Sabiduría Diaria 12.12.2018

(FOTO: LAURENCE FREEMAN, HONG KONG) San Gregorio de Nyssa dijo que cada imagen de Dios es un ídolo. Nos convertimos en adoradores de un dios falso a menos que podamos dejar de lado nuestras ideas acerca de Dios. Esta es la terrible vergüenza y la terrible maldición de la religión, que tan fácil y rápidamente termina en idolatría: adorando a los falsos dioses, construyendo el becerro de oro. Recuerda la historia del becerro de oro. Los hebreos estaban asustados porque Moisés no había regresado de la montaña y estaban un poco inquietos, así que se quitaron las joyas, y las fundieron para convertirlas en este becerro de oro. Así que podemos tomar lo que es más precioso o valioso para nosotros, convirtiéndolo en un artefacto de nuestra propia imaginación, para adorarlo. Y luego hacemos lo que nos gusta porque es nuestro dios. Entonces, si lo deseamos, podremos tener una orgía alrededor de el, o podremos condenar a todos los demás por hacer algo diferente o por pensar diferente. Si es tu dios, entonces eso te permite justificar básicamente cualquier cosa que quieras hacer o pensar. De esa manera podremos justificar la violencia en nombre de Dios. (The Experience of Being, Laurence Freeman OSB 2018 C)