Sabiduría Diaria 26.04.2018
![](https://static.wixstatic.com/media/5ad566_9516d6b0a778435fb849219c2eb2bbd1~mv2.jpg/v1/fill/w_144,h_124,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,blur_2,enc_auto/5ad566_9516d6b0a778435fb849219c2eb2bbd1~mv2.jpg)
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, BONNEVAUX, FRANCIA)
Digamos que continuamos meditando, después de dejarlo e iniciar muchas veces. El mantra va penetrando más, nos lleva a profundidades mayores y a otro nivel de consciencia. Esto podríamos llamarlo el disco duro de nuestra consciencia. Aquí es donde todo está grabado en la profundidad de nuestros bancos de memoria y aun en las células de nuestro cuerpo, donde se almacena la memoria. Y muchos de los archivos que encontramos ahí siguen estando abiertos; no han sido cerrados. Pueden ser experiencias de penas que nunca expresamos por completo, o experiencias de pérdida o traición, frustración o vergüenza. Cosas que sabemos que hicimos mal pero de las que nunca hablamos o que hemos permitido que se filtren al subconsciente, o que no queremos ver o las hemos barrido bajo la alfombra. Pero ahí permanecen. Y todo lo que está escondido saldrá a relucir. Así que no debemos meditar a no ser que queramos alumbrar todas las esquinas. Y entonces, el trabajo de curación tendrá lugar. Cristo sana y lo que necesite ser sanado será sanado.
(Map of the Journey, Meditatio Series 2011 C)